PERSPECTIVAS DESDE UN PARRAFO

Increíble como un párrafo puede cambiar ciertas perspectivas. Venia de vuelta de una inútil reunión en mi nuevo trabajo, cuando recordé que en mi bolso llevaba un texto que había impreso ayer para amenizar el viaje. Solo basto un párrafo para cerrar una serie de pensamientos que desde hace un tiempo han estado latentes en mis quehaceres.

Mi nuevo trabajo, no es nada del otro mundo, una empresa externa que trabaja para un banco importante, cuya misión es remodelar o construir sucursales, o bien cambiar a un par de giles de puesto de trabajo. Nada muy trascendente, nada muy gratificante, considerando para quien se trabaja y cual es el objetivo final: mantener y solventar la macabra maquinaria del endeudamiento a nivel mundial y local. Desde que llegue ahí sabia que algo no calzaba, sabia que mi lugar no era ese, luego de aquel párrafo, todo fue claro.

El texto en cuestión es el Primer Cuaderno de Pensamiento Poblacional, editado por la UPP y que retrata las vivencias y propuestas de un grupo de pobladores de Peñalolén respecto al nuevo gobierno, su programa y como este impactara en el mundo popular. Pueden descargarlo libremente desde aquí

Allí nace, o revive mas bien, la inquietud de hacia donde enfocar la actividad profesional, e incluso más allá, la vida misma. Es inquietante como, casi sin darnos cuenta podemos rodearnos de tantas cosas vacías y sin sentido. Es también, de cierta forma gratificante poder darse cuenta a tiempo de esto, y tratar de buscar la forma de cambiar.

Personalmente no me gratifica el trabajo que encontré, pero tampoco lo desprecio, porque posibilidades hay pocas y no se dejan así como así. Al final, espero sacar el máximo provecho posible como profesional, para seguir creciendo como tal, son experiencias que con el tiempo se aprovechan. Aunque suene cliché.

Tampoco pretendo dejarme llevar por el entorno y llegar a aquel ritmo enfermizo al que han llegado algunos de 'matarse’ trabajando, eso no es mas que una esclavitud camuflada por el capitalismo, de trabajar hasta las 10 de la noche, sin poder disfrutar de las cosas pequeñas de la vida, de la vida fuera del trabajo, de tantas cosas por las que uno vive, y para las cuales “trabaja para vivir”, no “vive para trabajar”. Es parte del pensamiento sudamericano que aun nos tiene en el tercer mundo. Espero no llegar a eso, espero que esto se respete independiente de las presiones, el trabajo bien hecho, siempre se puede hacer en los tiempos razonables, un proverbio chino dice por ahí “solo le falta el tiempo a quien no sabe aprovecharlo”.

Esto es casi una declaración de principios, un desahogo, algo que me nació cuando venia hoy en la micro, los hechos se irán decantando hasta saber que peso tienen estas palabras. Quizá en algún momento puede realmente ejercer y trabajar por aquellos que escribieron aquel párrafo, quizás ahí valga realmente la pena trabajar 12 horas diarias, o quizás nada de eso pase y algún día llegue a tener una panadería o algún lugar tranquilo en el sur de chile, donde puede disfrutar la vida y verla pasar con los ojos bien abiertos, no esperando a juntar fortunas ajenas para sentirme realizado.