Gimme fire
Gimme that wich i desire”
(“Fuel”, Metallica)
Dichas ya tantas cosas acerca del transporte publico, creo que también es necesario decir algunas cosas sobre aquel medio diametralmente opuesto a las micros, metros o vilipendiadas transantiago. Es el automóvil quizás una de las maquinas mas siniestras creadas por el ser humano, donde es posible apreciar en sus máximas expresiones aquellas cualidades que nos diferencian tanto de nuestros nobles animales, aquellas que nos hacen demostrar que nuestro tan alabado raciocinio, puede llegar a ser también nuestro mas grande enemigo.
Es una afirmación bastante severa, esto de siniestro, pero, como es menester, pretendo explayarme hasta el punto de que sea por lo menos tomada en cuenta.
Si partimos por ejemplo con las motivaciones que nos hacen querer tener un auto, es probable que las primeras palabras que se nos vengan a la cabeza sean “independencia”, “rapidez” o “comodidad”. Dejaremos de lado algunas como “símbolo de estatus” o “crecimiento personal” que son mas bien de un carácter subjetivo.
El crecimiento de la ciudad y su consecuente inaccesibilidad y los ya mencionados problemas de transporte, nos tientan, dadas ciertas condiciones ,a desear obtener nuestra anhelada independencia a través de la adquisición de una de estas maquinas. Es tomado como un logro, casi como la casa propia. Pero la independencia, en una ciudad tan grande y poblada como la nuestra, es peligrosa. La suma de cada una de las independencias individuales, si uno lo piensa así, genera caos. Si el anhelo de todo el mundo es el mismo (cultura de masas) el descontrol es inevitable. Si todos tuviéramos un auto, ¿solucionaríamos acaso los problemas ya mencionados de accesibilidad o transporte? . Ciertamente que no, basta con haber estado un día de semana a las 7:30 de la mañana en una esquina concurrida, o en una avenida como la costanera y estar encerrado en un taco. Pero, como tantas otras cosas, casi ya se hacen costumbre y se llegan a aceptar. Si hasta programa de radio tienen estos “momentos de ciudad”. Es lógico, es casi un momento de pánico, como arrancar de un incendio, donde la torpeza propia del ser humano, y la falta de información, hace que todos se muevan por el mismo lado. Todos transitan por las mismas calles siendo que no todos van al mismo lugar. Esto nos demuestra, que la cultura del automóvil, esta ciertamente ligada a la cultura de la estupidez. Que ciertamente, es una de las mas queridas y practicadas por el ser humano.
Este momento de caos diario, llamado “taco” (o embotellamiento para los siuticos), nos genera también dos puntos relativos y absolutamente adheridos a la cultura del automóvil, que se suman a la ya mencionada estupidez, pero esta se demuestra en tantas otras condiciones que seria altruista pretender disminuir sus “méritos”.
El primero de ellos esta también relacionado con este concepto de “independencia”, y es el que da titulo a esta columna (?), el egoísmo. Ya se dijo, esto de la suma de individualidades, que genera caos. Veámoslo de este modo, si tenemos todas estas “capsulitas de independencia” transitando todas a la misma hora, por las mismas calles, donde caben como mínimo cuatro personas, pero que en el 80 % de los casos solo una, la que conduce, es la que “ocupa” la capsulita. No es ilógico? Claro, pero no tanto. Si lo vemos estadísticamente es una perdida de espacio tremenda, “caben 4, pero va 1….mmm, algo esta mal”. Pero si lo vemos desde el punto de vista de la anhelada “independencia”, esta bien. Claro, “que más independiente que la soledad de la capsulita?”. “Y tengo aire acondicionado, y escucho mi música mas fuerte que la de micrero en año nuevo”. “Que rico esto de no andar en micro, cagao de calor, apretujado….etc”. Es una logica ciertamente aceptable, pero también altamente egoista. Y es la suma de esos egoismos, la misma suma de individualidades, ya a esta altura “individualismos” la que te tiene metida en el taco hace media hora.
“Puta la wea… (o recáspitas para los ojos sensibles) que esta esperando este weon pa’ moverse?”
Estas en el taco, ya te atrasaste, pero vas en tu auto, y el auto de enfrente no se mueve, pero gracias a la tecnología, estas provisto de un arma tan inútil como irritante llamada “bocina”.
Entonces, haciendo uso de la mas soberana estupidez (ya mencionada), la ocupas. “BEEEEEPP!!!… BEEEP!!!…” Se ve relacionada con la adulada frase del martillo, si tienes una bocina ocúpala, aunque no sirva. Es casi un placebo de la cultura del automóvil, creer que por el hecho de un simple beep!! el problema se solucionará, pero lo empeora, tanto para ti que vas arriba del auto como para los que caminan por la calle o los que tienen la misma expresión de hastío en el auto de al lado o arriba de la micro. Es parte de la idiosincrasia del chileno quizás, (en alguna parte leí q al entrar los automóviles a chile les aumentan el decibelaje de las bocinas…quizás sea un mito urbano), esto de alegar por alegar (paradójico no?), esto de escudarse o en la masa o en el auto o en tener un martillo para hacer valer la opinión.
Veamos, hasta ahora:
Mmm…sigamos, la cultura del automóvil, ya esta arraigada casi como un cáncer dentro de la sociedad moderna y mas aun en los países subdesarrollados como el nuestro. Es un hecho, que la ciudad crece en cuanto a infraestructura, más para el automóvil que para el ser humano. Son más las autopistas que los parques o espacios públicos que se están construyendo. Si esto no es considerado siniestro, dadas las problemáticas sociales que nuestra sociedad presenta, entonces no nos extrañemos del aumento de la delincuencia, si lo que hacemos va aumentando la segmentación y la desigualdad social a través del aumento del estándar de vida. Este estándar de vida que pretende seguir un modelo absolutamente marcado por lo comercial y muy alejado de lo espiritual (lo espiritual sin pretensiones de santidad, claro), donde las pautas están siendo rigidizadas de tal forma, que la calidad de vida es cada vez peor para aquellos marginados por el sistema. Son estos estándares los que van haciendo la suma en nuestra vida diaria, y que a veces puede traer consecuencias tan graves como la muerte de una joven en una cirugía plástica o de un joven baleado por un chofer. Existen pequeños detalles dentro de nuestra vida diaria y en las decisiones que tomamos, que pueden generar o seguir cultivando malas practicas, que se transforman en malos hábitos y nos llevan a una mal pasar en una mala ciudad. Es casi como esto del efecto mariposa. Pero y que tiene que ver el automóvil en esto? Quizás no mucho, pero es uno de los objetos que fueron creados para mejorar la vida del hombre que se ha convertido en el reflejo de sus mas bajos comportamientos y convertido en uno de los símbolos de su egoísmo, que a la larga, en la ya dicha suma de cosas, puede determinar lo agradable o no de nuestro devenir.