corria alguna primavera a fines de los ochenta, y los volantines se arrebolaban en sus comisiones en los depejados cielos de santiago... nosotros, los primos, jugabamos a la pelota toda la tarde en la calle roberto espinoza, pero siempre nos interrumpia algo, o era el paso de los camiones de la bodega donde trabajaba mi abuelo o los autos o el infaltable vecino mañoso que conociamos como "el viejo de las galletas"...
entonces, por esos dias, en q las fiestas distraian a nuestros padres, y aburridos del incesante trafico q buscaba un estacionamiento alli en las cercanias del parque o'higgins, tomabamos nuestra pelota de plastico y nos buscabamos otro lugar... nunca nos prestaban la cancha de la esquina, aun cuando estuviese desocupada y el parque o'higgins estaba repleto de fondas, borrachos y santiaguinos enfiestados... y la opcion era una sola, en es entonces la escasez de areas verdes solo nos motivaba a emprender toda una ventura con rumbo al parque almagro
eran pocas las veces q nos alejabamos mas alla de dos cuadras a la redonda, no moviamos entre los almacenes de avenida matta y victoria, pasando por lord cochrane, san ignacio y santiaguillo...a veces comprabamos "monitos" para el album, otras veces bolitas o la infaltable pelota, cuando nos la rompia un camion o uno de nosotros la tiraba a algun techo ajeno
nos alejabamos de las angostas veredas y nos tomabamos la calle, y caminabamos raudos a hacia aquel lejano y hermoso parque... cruzabamos avenida matta rumbo al norte y sabiamos q ya despues de eso no volveriamos atras (como a veces si ocurria, porq a uno le daba miedo, entonces se nos desarmaban los equipos)
pasabamos la bomba de bencina, las coloridas casas de adobe, el colegio cafe y nos acercabamos mas y mas a ese soñado y tranquilo lugar, mientras comentabamos las jugadas del partido anterior...en la cancha 1 como le deciamos... ibamos a la cancha grande, la cancha de pasto..era nuestro estadio nacional...
al final cruzabamos la siempre añeja diez de julio (santa isabel por esos tiempos no era mas q una idea) y luego de un par de casas estabamos ahi, llegamos corriendo impulsados por la emocion de cumplir la meta, tirabamos la pelota lejos y rearmabamos los equipos, sentados en el blando pasto, como si alguna vez cambiaran...pero era parte de la ceremonia... q distinto era estar alli, rodeado de arboles y sin camiones pinchapelotas o viejos de las galletas... eramos quizas, con lo que en la infancia puede entenderse, libres alli, jugando a la pelota, lejos de todo y de todos...en la cancha de pasto